Eres una organización sin fines de lucro, tu objetivo primordial es servir a tu comunidad y unas manos extra no te caen nada mal. Sin embargo, ves que muchos o algunos de tus voluntarios dejan tu organización, ¿por qué?. Estas son las 5 razones más comunes:

1. Ambiente tenso: sentirse en un lugar en el que puedas pertenecer, sentirte libre, apreciado, respetado y con la posibilidad de intercambiar ideas no es solo un aspecto importante en un trabajo regular, lo es y debe ser parte de cualquier tipo de voluntariado. Es por ello que para colaborar e impulsar a que otros lo hagan debes brindar un ambiente amigable y cómodo.
2. Confusión: los voluntarios quieren hacer la diferencia, pero si no saben ciertamente qué deben hacer o cuáles son sus tareas primordiales, no podrán priorizar y mucho menos saber hacia dónde van.
3. No valoran mi tiempo y aportación: los voluntarios quieren saber qué están haciendo bien para sentir no solo que su trabajo y tiempo es valorado sino que están aportando a un cambio real. Genera espacios en los que puedas otorgar retroalimentación siempre destacando su aporte a la organización.
4. No hay desafío: algunos voluntarios necesitan sentir que van a obtener algo a cambio de su trabajo, y no es necesariamente dinero, bonos, regalos o descuentos. Su pasión por ayudar los lleva a querer probar nuevas cosas, a intentar y aprender nuevas formas de hacer la diferencia.
5. Demasiado trabajo: También esta el otro extremo, aquellos a los que se les exige mucho y no tienen el tiempo o las habilidades necesarias para desempeñar lo que se les pide. Si se exige demasiado, deja de ser un trabajo voluntario para ser un trabajo forzoso, que muchos lo harán hasta cierto grado pero que tarde o temprano conducirá a que tomen la decisión de irse.
¿Tienes alguna otra razón que quieras compartir?, ¡déjanos un comentario!
—
Este es un contenido Copyleft (ↄ). Puedes reproducir este y cualquier otro contenido de nuestro blog y compartirlo en diferentes soportes (online, papel, etc.) siempre y cuando cites la fuente, con el enlace a la página principal del propio blog de Idealistas.
Algo con lo que me he encontrado en varias organizaciones sociales:
1) la gente no percibe la discusión (la real, el intercambio y oposición de ideas y argumentos) como una posibilidad real de crecimiento.
2) muchos participan para sentirse bien con su conciencia y dormir tranquilos, pero poco hacen para ir efectivamente a las causas de los problemas y se “conforman” con atender las consecuencias.
3) muchas personas no entienden la importancia de trabajar los “imaginarios” (lo que uno trae a la reunión: la forma como fue criado, la susceptibilidad, los prejuicios, el ego, la escala de valores, etc) para que el objetivo final del grupo no se vea malogrado por sensibilidades heridas, erróneas interpretaciones, falta de buen diálogo.
4) hay quienes no ven la importancia de los análisis de gestión…ese revisar lo hecho para mejorar en la próxima y no cometer los mismos errores…¿el motivo? no aceptan ser cuestionados de ninguna manera…(aunque hayan hecho mal las cosas y el revisarlo permita un cambio positivo en los mecanismos de acción)
Raúl, me quito el sombrero ante tu comentario. No has podido tocar un tema (o varios) más importante que el de los intangibles. Nos queda mucho aún que trabajar con nosotros mismos y con el resto y no solo con las cosas medibles, sino como bien dices con las percepciones, interpretaciones y lo que cada uno trae consigo.
Respecto al análisis, fundamental para el avance sin duda. Mucho mejor si como dices se usa el cuestionar como una forma de crecimiento en lugar de como algo que nos tomamos como una amenaza. Pronto subiremos un post que pone de ejemplo precisamente eso, lo que es posible si nos cuestionamos las cosas en lugar de mirar para otro lado o no querer cambiar nada. Gracias por comentar.
Estoy de acuerdo con los puntos que propone la nota y lo que comentó Raul. Desde mi experiencia, noto que muchas personas con problemas de autoestima se acercan a estos espacios haciéndolos propios al punto tal de excluir a los que el altruismo nos convocó.
Eso genera mucho desgaste porque algunos queremos trabajar por un fin común y otros, dicen que van por el fin común, cuando solo responden a su narcismo primitivo.
En las ONG, generalmente, no hay mucha plata para disputarse, pero hay un pequeño (o no tanto) espacio de poder y a muchas personas, con eso les basta para ser felices.
Gracias Maria por compartir tu experiencia con nosotros. Sin duda, son muchas las razones por las que los voluntarios deciden dejar a una organización. Las razones personales de cada voluntario, su contexto social e incluso psicológico, además de la forma en como los voluntarios interactúan entre si son determinantes importantes en este tema. Gracias Raul y Maria por sus brillantes comentarios, nos abren una puerta muy grande en la que podemos seguir avanzando y analizando las situación del voluntariado desde una perspectiva mucho más profunda.
Hola ! La vision que tengamos(a corto y largo plazo) ,estar automotivados hace que el equipo se mantenga en sintonia,resaltando cada fortaleza en potencia que cada uno tiene.estando atentos cuando alguno de los miembros se desanima al llegar a la monotonia,mantener activa la via de cominicacion efectiva (mas escucha),saber que no siempre tendremos los mejores resultados en el tiempo que esperamos ,pero si el grupo mantiene la interaccion ,la apertura a nuevas estrategias,es mas probable el crecimiento de la institutcion.. recomiendo el libro RESULTADOS EXTRAORDINARIOS” DE BERNARDO STAMATEAS .
De nada Adriana. Será que la nota me removió, un poco, mi partida de algunos espacios. Saludos
Comparto en gran medida lo que han comentado Raúl y Elena, pero me gustaría traer otro tema al blog. La idea de que entrando como voluntario a una ONG, estarán entrando a una trinchera de guerra en Vietnam o salvando a un niño desnutrido de un edificio en llamas.
Son pocas las personas que se dan cuenta la importancia de tareas cotidianas, quizás más aburridas, pero al mismo tiempo tan necesarias…
Cómo lograr un buen match entre las necesidades de la organización y los deseos del voluntario, sigue siendo para mí el mayor desafío.
Resido en Estados Unidos, y lo que a veces ha sido decepcionante al hacer voluntariado, particularmente entre las comunidades hispanas; además de una gran falta de organización es también el darse cuenta que algunos políticos se apalancan con las labores y pequeños logros de algunas agrupaciones, como si fueran de ellos; solo porque dieron un donativo o se acercaron a hacer relaciones públicas. Eso enturbia las aguas.