
Voluntariado de Valciléa Alves en el Hogar Teresa de los Andes. Bolivia, 2012
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Imagina que como organización eres el responsable de decidir cómo gastar un pequeño presupuesto que se ha decidido destinar al reconocimiento de tus voluntarios. ¿Cómo lo invertirías? ¿Les haces una fiesta? ¿Les compras un regalo? ¿Les invitas a comer?…
El trabajo voluntario es tal y como se autodefine: voluntario. Es por eso, que existen todo tipo de opiniones sobre si debería ser compensado de alguna manera. Del lado del voluntario puede que éste lo agradezca, pero también hay quien puede llegarse a sentir ofendido porque considere que la compensación desvirtúa la naturaleza de un trabajo que se hace de corazón y sin esperar nada a cambio.
¿Qué hacer entonces?
Podríamos decir que hay dos tipos de compensación:
- La que viene originada por un gasto para la compra de un regalo compensatorio (puede ser desde un libro, hasta una bolsa que la organización regala con su logo)
- La que tiene más en cuenta las necesidades internas del voluntario como persona
Piensa por un momento, si en 10 años te preguntan qué te regaló la organización en la que fuiste voluntario una vez en el pasado, es posible que no lo recordarás. Sin embargo, piensa cómo estas otras cosas pueden hacerte sentir si en lugar de no tenerlas, la organización te las ofrece como muestra de su agradecimiento por tu dedicación:
- Cuando un voluntario comienza, hazle sentirse bienvenido desde el principio. Preséntales a otros voluntarios o personas que trabajan en la organización para que desde el principio pueda percibir esa sensación de pertenencia e integración.
- Si hay celebraciones o eventos dentro del sector a los que alguien de la organización va a asistir, haz extensiva la invitación a los voluntarios.
- Pregúntales qué necesitan y cómo tú como organización puedes ayudarles en su labor voluntaria. Sobre todo, escucha y actúa en consecuencia si está en tu mano.
- La comunicación interna es muy importante. Cuando hagas partícipe a la gente que trabaja para la organización de aspectos de interés que necesitan saber, incluye a los voluntarios siempre que no sea una información de un alto nivel privado.
- Anímales a aprender y desarrollar nuevas habilidades y a tomar responsabilidad en nuevos roles.
- Inclúyelos en el proceso de toma de decisiones cuando sea acertado hacerlo. Ellos forman parte del proceso, bien interno o bien de forma directa con el beneficiario y en muchos casos, vienen con un bagaje y perspectiva que puede mostrarnos un ángulo diferente y efectivo en el que no habíamos pensado. Incorporar sus voces puede ser tremendamente enriquecedor para la organización y sin duda creará un vínculo de lealtad con el voluntario que sentirá que su voz es escuchada y su experiencia tenida en cuenta.
- Cuando podamos identificar y celebrar logros e impacto, hay que incluirles en las comunicaciones de esos logros. Es por la suma de esfuerzos que se consiguen las cosas y no solo por el tipo de rol que uno desempeña en una organización.
- Finalmente repetimos algo que no nos cansaremos de mencionar: ofrece un continuo y sincero agradecimiento por el trabajo que hacen. Un simple, ‘Gracias, tu aportación suma y es muy importante para cumplir nuestra misión’, es siempre bien recibida y valorada.
Tras leer estos puntos, ¿qué crees que hará que un voluntario decida volver motivado e involucrado con la causa de tu organización, un regalo o estos detalles que poco o nada cuestan?.
¿Crees que los regalos son adecuados para compensar? ¿En qué maneras compensa tu organización a tus voluntarios?
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¡Hola!
En mi opinión, este artículo es totalmente acertado y demuestra un nivel de sensibilidad y pensamiento crítico que NUNCA he encontrado en las organizaciones sin fines de lucro para las que trabajé, con la honrosa excepción de HELP FROM HOME, con base en Gales, Reino Unido. En cuanto al resto de las organizaciones, siempre me sentí “usada” como una aspiradora, como “algo” que se conecta cuando se necesita y se desconecta cuando ya cumplió con su tarea. En lo referente al tema AGRADECIMIENTO por el trabajo del voluntario (la tarea en sí misma, además de su tiempo, su energía, su experiencia, su puntualidad, etc., etc.), mi experiencia no pudo ser peor: por ejemplo, E-GAP (USA) recibía mis “edits” y traducciones sin siquiera contestarme, no digamos para decir “¡Gracias!”, pero al menos para que yo supiera que mi mensaje y tareas adjuntas habían sido recibidas. En otras ocasiones y refiriéndome no sólo a E-GAP sino también a otras nonprofits con las que colaboré, recuerdo haber mandado tarjetas electrónicas por un cumpleaños de alguien del equipo, o para Navidad, y no recibir una sola palabra de agradecimiento. (!) Y cuando falleció mi madre y comuniqué que me iba a atrasar un poco en mis entregas, ni siquiera recibí condolencias. (!!)
Finalmente, me resigné y llegué a la conclusión de que un voluntario es un ser “sub-humano”, de segunda clase, un esclavo, un sirviente robótico que sólo se usa y se descarta cuando ya no se le necesita más.
En otras palabras, mi experiencia ha sido (y sigue siendo) frustrante y desalentadora y ya no espero muestras de buenos modales, de buena educación y cortesía de estas personas “importantes” que dirigen estas organizaciones: me limito a seguir colaborando con estos grupos de arrogantes y abusadores de la generosidad y bondad de personas como yo.
Es por este motivo que escribo este comentario, ya que me tomó de sorpresa (¡muy de sorpresa!) el sentido ético del artículo de arriba, que muestra una muy ubicada disposición a reconocer el aporte de otros, los anónimos, los voluntarios…
Gracias por leer esto.
Cordiales saludos,
Prof. Cristina Vignolo Córica
Hola Cristina,
Mil gracias por comentar y compartirnos tu experiencia. No creo que estás sola. Yo misma me he sentido así y es triste que así sea cuando como indica mi artículo, la mayoría de las cosas que se necesitan para compensar a un voluntario no tienen que ver con ese presupuesto del que carecen muchas organizaciones. Te honra por otra parte que a pesar de tus malas experiencias sigas teniendo esa voluntad de aportar a los que necesitan.
Supongo que de todo se aprende y estamos también aquí para ver como nosotros, como voluntarios podemos aportar soluciones al problema. Se me ocurre que muchas veces directamente desistimos y no volvemos más… sin embargo ¿cuánto cambia eso la situación dentro del modo de hacer de la organización?. Más material sin duda sobre el que reflexionar. Ánimo y muchas gracias de nuevo por compartir.