
La necesidad es a veces tan urgente y tantas las ganas de abarcar, que como organizaciones en ocasiones perdemos el foco. Damos el 200% y de repente estamos exhaustos y sin un plan para seguir porque agotamos los recursos o no dosificamos bien.
El otro día hablaba con alguien acostumbrada a trabajar con organizaciones del tercer sector en Guatemala. Le pregunté: “¿Cuál crees que es uno de los principales obstáculos que encuentran las organizaciones para avanzar en sus respectivas misiones?”. Me sorprendió su rotundidad: “Falta de planificación” afirmó sin dudar. “Las organizaciones en su afán de hacer, hacer… pierden el foco de atención y a menudo les cuesta avanzar”.
Entonces, ¿qué podemos hacer para no dispersarnos con el coste de energía y recursos que eso supone? Esencialmente no debemos subestimar la importancia de pararnos a pensar y planificar antes de abordar ninguna acción. Algunas claves sobre la importancia de la reflexión previa y posterior al proceso de planificación serían los siguientes:

- Pregúntate, por qué estás haciendo lo que estás haciendo y sobre todo, ¿cómo es que esta acción va a ayudarnos a avanzar con la misión de nuestra organización?. Si el problema es que no tienes claro aún cuál es tu misión, no dejes de leer este post.
- ¿Estamos improvisando? Si la respuesta a esta pregunta está bastante cercana al sí, párate y prioriza. La pregunta anterior sobre la alineación con la misión, puede ayudarte a determinar el orden de las cosas que quieres abarcar.
- Una vez definido qué es prioritario mira al pasado: ¿Qué hicimos en relación a esta problemática en el pasado?. ¿Que funcionó que podemos implementar de nuevo y qué no funcionó?
- A partir de ahí, mira al futuro, pregúntate ¿cómo puedo definir un proyecto para actuar? A un nivel muy básico, deberías ser capaz de responder a lo siguiente.
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¿Cuál es el objetivo?
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¿A quién me dirijo?
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¿Con qué recursos cuento?
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¿Cuáles son los riesgos y hasta dónde estamos dispuestos a asumir esos riesgos?
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- Diseña un plan de acción:
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Define pasos para conseguir el objetivo. Pon fechas límites para cada paso
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Estudia cómo vas a llevarlo a cabo
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Valora cuáles son los recursos con los que cuentas y cuáles necesitas, etc.
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Comienza a actuar y dar seguimiento al plan
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La idea con esta entrada es plantar la semilla de la necesidad de pensar y planificar antes de hacer. Hacer está bien, pero tenemos que saber por qué lo hacemos y cómo vamos a hacerlo. Es por eso que tiempo empleado en planificar, es tiempo bien empleado. Nos ahorrará errores y sorpresas por el camino.
Estas solo son unas breves directrices. Para profundizar en el mundo de la planificación de proyectos especialmente para ONG y si tus pretensiones son iniciativas complejas, puedes consultar los siguientes materiales:
- Planificación de proyectos y programaS: manual de orientación:
- Formulación de proyectos sociales con marco lógico
- Formulación de proyectos sociales
- Metodología del marco lógico para la planificación, seguimiento y la evaluación de proyectos y programas
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