Consigue el Trabajo de tus Sueños
Carreras que te ayudan a pasar de la intención a la acción
Mujer mirando al horizonte

Todo será mucho mejor cuando finalmente me pueda tomar unas buenas vacaciones, acabe de pagar la casa, los chicos se hagan grandes y puedan valerse por si mismos, cuando me jubile y tenga el tiempo…

¿Te has sorprendido a ti mism@ en alguna ocasión fantaseando con estos pensamientos? Si es así puede que sufras del síndrome de la felicidad aplazada. Si es así, no estás sol@. Según Pilar Jericó, este síndrome afecta al 40% de la gente en países desarrollados. Curiosamente parecen ser los australianos los que más han investigado este tema e incluso han comenzado a poner en práctica maneras de tratarlo, dentro de ciertos departamentos de salud pública.

¿En qué consiste?

Se habla del síndrome de la felicidad aplazada cuando uno trabaja una cantidad ingente de horas, en muchos casos haciendo algo que no le gusta en absoluto y que no le permite disfrutar del presente. Sin embargo, a menudo no cambiamos nada. En su lugar tendemos a justificamos a nosotros mismos aceptándolo como el precio que hay que pagar por un futuro que imaginamos, será mucho más prometedor que el presente.

Cuáles son los síntomas

  • Sientes que necesitas ahorrar ahora, para contar con cierta tranquilidad el día de mañana, porque nunca se sabe.
  • Trabajas y trabajas porque quieres asegurarte que puedes darle a tus hijos un futuro mejor.
  • No soportas tu trabajo, pero de alguna forma lo controlas, te es conocido y quizás llevas tanto tiempo haciendo lo mismo que la idea de buscar y comenzar de nuevo en otro lugar tampoco te convence. De ahí viene el dicho… “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.
  • En general, miedo al cambio. Cuanto menos acostumbrados estamos a él, o más tratamos de evitarlo, más miedo nos da lo que pueda traer cualquier variación de costumbres

Consecuencias

Evidentemente no hay que ser un genio para darse cuenta que la vida es impredecible. Si pasamos más tiempo en el futuro que en el presente, no solo no estamos disfrutando de lo que tenemos hoy, sino que realmente nada o nadie puede asegurarnos que el futuro que imaginamos será como queremos.

En definitiva, curiosamente cambiamos el ‘carpe diem’ (el disfrutar aquí y ahora de lo que tenemos hoy), por algo imaginario, el aquí y ahora de un mañana que no podemos definir con certeza.

¿Qué hacemos?… algunas recetas antes de que sea demasiado tarde

  • Actúa ya. Las personas que se dicen más felices a menudo tienen en común que actúan rápido para conseguir aquello que quieren. Aquí encaja totalmente la frase de John Lennon “La vida es lo que te ocurre mientras estás ocupado haciendo otros planes”.
  • Mira tu vida ahora e identifica las cosas de las que puedas decir ‘Quiero más de esto’. Haz lo mismo con ‘Quiero menos de esto’. Decide qué pequeño o pequeños pasos puedes dar hoy para hacer que ambas se cumplan y comienza a generar otros hábitos.
  • Celebra el presente en lugar de esperar a celebrar el futuro. ¿No es el presente aquello con lo que podemos contar hoy? Sé más consciente de la experiencia de lo cotidiano y de aquellas cosas que ya te hacen feliz. Te ayudará a no darlas por sentadas.

¿Será hoy que dejes de aplazar el ser feliz y comiences a hacer algo para disfrutar lo que tienes? Quizás el primer paso está en identificar si en verdad, sufres de este síntoma en lugar de pensar que así son las cosas. ¿Listo para tomar el timón?

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Elena Martín

Redactora y editora del blog de Idealistas.org. Modero la comunidad de usuarios de sitio en español y trabajo para hacer de Idealistas.org la web de referencia para todos los que quieren aportar su granito de arena al cambio.