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La cara oscura de premiar a emprendedores sociales

30/11/2016 por Elena Martin Dejar un comentario

emprendedor_social

 

En un mundo donde el culto a tener que mostrar lo que eres, lo que sientes, lo que piensas, dónde estás… está comenzando a afectar quiénes somos (si es que sabemos siquiera ya quiénes somos), me encuentro leyendo varios artículos que me hace reflexionar. Se trata de mirar nuestro papel como transformadores de la sociedad y la su relevancia en un tiempo en el que los circuitos del marketing y las redes sociales nos están pudiendo hacer más mal que bien.

Donde ayer idolatrábamos la última estrella del pop, hoy más y más aunque quizás no aún a la misma escala, los emprendedores sociales comienzan a ganar peso como ‘nuevas estrellas’. ¿Es así? y si es… ¿cuánto de bien hace al sector que los emprendedores sociales se conviertan en ‘famosos de lo social’?.

Quiero ser un “heropreneur”

Sobre todo en países como Estados Unidos, Europa Occidental o Australia, hemos podido ver como en los últimos 20 años la figura del emprendedor social ha pasado de ser algo que nadie entendía muy bien, a una aspiración de muchos jóvenes que ya no se ven atraídos por ser banqueros o abogados, sino que ahora quieren ser ‘changemakers’, aquellos que cambien las reglas del juego generando un impacto social y haciendo de esto su modo de vida. En las universidades surgen más y más programas relativos al emprendimiento social, y a pie de calle, talleres, charlas, summits… hacen lo propio.

Hasta ahí todo bien. El problema surge cuando más y más se suman a este ecosistema tratando de apoyarlo con fondos, premios, mentorías… Del lado del que invierte se hace imperiosa la necesidad de visibilizar y amortizar el aporte a modo de acciones muchas veces de responsabilidad social corporativa o parte de programas. Cuando esto pasa, y en un mundo donde las plataformas para multiplicar la visibilidad son la regla y no la excepción, los emprendedores acaban convirtiéndose en ‘CNN Heros’ o ‘Rewarded Community Leaders’, o todos esos nombres tan americanizados que pueblan los blogs, revistas, videos en YouTube, redes sociales…

Como comunicadora social soy una firme defensora de mostrar lo que se hace cuando tiene impacto. Es inspirador, sirve para empujar a otros a pasar a la acción pero no a cualquier precio o de cualquier manera.

Si queremos un mundo más colaborador, comencemos a premiar precisamente eso

Vivimos en un mundo donde al tiempo que hablamos de colaboración y participación, no dejamos de crear premios orientados a la persona, con estructuras que potencian la individualidad y ensombrecen la labor de la colectividad.

Esto, a pesar de las buenas intenciones de muchas marcas corporativas, incubadoras o programas de gobierno, puede estar causando más daño que bien. Muchos de estos emprendedores, estos líderes comunitarios están tratando de construir movimientos que involucren y empoderen a la gente. A veces pasa que llegan estos sistemas occidentales con financiación, pero también con las luces y las cámaras alterando las bases construidas en la comunidad. La labor de estos líderes se basa en la confianza y la construcción de lazos donde lo colectivo es la esencia del avance. Premiando y poblando las redes sociales de imágenes que muchos de ellos ni siquiera quieren o con las que se sienten cómodos, no estamos ayudando. Los que forman parte de estos movimientos o proyectos, pueden llegar a sentir que todos construyen, pero es uno el que se lleva los méritos. Esto no ayuda al trabajo previo del emprendedor.

En definitiva, premiemos el trabajo, visibilicemos el esfuerzo, pero revisemos los patrones particularmente culturales, que hacen que muchos de estos premios que provienen de maneras de entender el mundo (ni mejor ni peor) pero más individualistas, ayuden de un lado y hagan daño del otro.

A veces, nuestras mejores intenciones pueden estar siendo tóxicas sin saberlo y es bueno hablar de esto para que de una vez por todas, el discurso ahí fuera, más allá de ‘yo, me, mi conmigo’ que tanto impulsan las redes sociales, se convierta en una invitación a visibilizar el nosotros.

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Categorías: EMPRENDIMIENTO SOCIAL, Recursos Palabras clave: colaboración, comunicación, emprendimiento social, héroes, individualismo, redes sociales

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