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4 lecciones para crear un movimiento social

16/04/2018 por Adriana Cárdenas Dejar un comentario

Esta entrada es una traducción/modificación del artículo: Want to Spark a Social movement? 4 Lessons from However Long the Night, escrita por Kari Mirkin para Idealist Careers

Los detalles sobre el corte genital femenino o FGC por sus siglas en inglés que se describen en el libro, “However long the night“,  buscan sacudir al lector de la misma manera que lo hizo con Molly Melching, una estudiante de intercambio del Medio Oeste de Estados Unidos, quien se convirtió en activista de los derechos humanos cuando llegó por primera vez a Senegal en los años 70. Tras su paso en Senegal, Molly creó El Programa de Empoderamiento Comunitario para ayudar a los aldeanos a determinar sus propias prioridades para mejorar su comunidad. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, para muchos hombres y mujeres de África, el FGC sigue siendo todavía una importante tradición religiosa y cultural.

Hacer la diferencia fue lo que llevó a Molly a empezar Tostan (su organización), la cual se traduce del wolof (language nativo) como el nacimiento de un huevo, haciendo alusión a un avance que eventualmente lleva a más descubrimientos. Como muchos de nosotros en el sector social, su camino estuvo marcado por la resistencia, las limitaciones de presupuesto y los pequeños logros, lo que la llevó a explorar nuevas posibilidades.

Las lecciones que leerás a continuación están basadas en el libro “However long the night“, el cual relata la historia del trabajo que Molly Melching llevó a cabo sobre los derechos humanos en Senegal. El texto puede ser muy revelador, pero es una pieza de trabajo que nos brinda grandes aportes al momento de crear un movimiento social o comunitario:

1. Algunas veces las estructuras ayudan, otras veces no

Cuando Molly visitó por primera vez Senegal, entendió el panorama de los derechos humanos que existía en su momento y lo supo integrar a su carrera de vida, pero también supo desafiar ese panorama para enfrentar debilidades cruciales y suposiciones imprudentes, trabajando fuera o entorno a él para alcanzar sus objetivos. Por ejemplo, descubrió que el simple hecho de hablarle a un grupo de personas en su propia lengua podía rápidamente generar lazos de confianza, aprendizaje y mejorar que si pasas años planeando por tu cuenta cómo generar cambios.

2. Los modelos más simples son los más fáciles de escalar

La teoría central de Tostan es muy fácil de entender y replicar: empoderar personas para que sean ellos y ellas quienes reclamen sus propios derechos básicos. Este enfoque abrió las puertas a otros proyectos impresionantes bajo el paraguas de Tostan, que ahora opera en 8 países africanos en 22 idiomas, y que abordan diversos asuntos de importancia regional. Es un modelo que muchos podrían aplicar en tu trabajo, sin importar de dónde son o qué hacen.

3. El cambio no se puede forzar

Lo que puedes es sentar las bases para un desarrollo significativo al introducir ideas a personas, identificando valores comunes y permitiendo que decidan no solo lo los cambios que vendrán, sino cómo y cuándo. Es interesante que quizás la mayor resistencia que enfrentó Molly en su viaje fue alentar a un grupo de mujeres en una aldea a renunciar al FGC (corte genital femenino), sin considerar las repercusiones que esto podría ocasionar en las aldeas cercanas. Quizás un paso no muy importante en otras partes del mundo, pero en Senegal, ella aprendió que muchas aldeas en la región necesitan tiempo para participar en un movimiento como este.

4. Ya existen soluciones en las comunidades en las que trabajamos

Molly no imponía los pasos que se necesitaban para avanzar en términos de igualdad de derechos y tampoco culpaba a la comunidad cuando sus ideas no funcionaban. Por el contrario, Molly respetó a la gente de Senegal, fue abierta ante sus experiencias y se dió cuenta de que ellos, más que nadie, conocían su situación.

Su trabajo estuvo marcado entorno a los derechos de la mujer en países en vía de desarrollo por lo que lo hace un texto muy interesante. La manera de escribir de Molloy es cautivadora y detallada, teje una narrativa informativa que carece del enfoque singular de las biografías tradicionales. However the Night es un tributo a su trabajo, y al final el lector tiene la sensación de que ella estaba destinada a triunfar en este ámbito, independientemente de dónde venía o de las relaciones que construyó en el camino.

Para leer más sobre el tema, puedes hacer clic aquí.

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Este es un contenido Copyleft (ↄ). Puedes reproducir este y cualquier otro contenido de nuestro blog y compartirlo en diferentes soportes (online, papel, etc.) siempre y cuando cites la fuente, con el enlace a la página principal del propio blog de Idealistas.

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Categorías: Claves para... Palabras clave: corte genital femenino, emprendimiento, However long the night, Idealist Careers, Molly Melching, movimiento social

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No se puede generar cambio social si…

18/10/2017 por Adriana Cárdenas 1 comentario

Buscamos un cambio, pero todo cambio requiere tiempo y sobre todo disposición. Es un hecho que no hay problemas aislados; la pobreza, el hambre, la escasez e incluso la violencia son situaciones causa y efecto y por ello, son muchos los actores que están involucrados. Las soluciones sin duda están entrelazadas y se requiere de un compromiso intersectorial para dar soluciones de base.

Los retos son grandes pero si logramos hacerles frente, podremos hablar de un cambio social duradero, trascendental y global. Hasta entonces, siempre estaremos prefiriendo poner paños de agua fría que resolver las problemáticas existentes.

No puede existir un cambio social global si…

1. La ética no es principio básico

Se nos ha olvidado que sin ética en términos sociales y responsables no hay negocio, iniciativa u organización que pueda avanzar. La ética es según la Real Academia de la Lengua, “el conjunto de normas que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida”, que junto con la moral, determinan nuestras acciones, las cuales siempre tienen consecuencias para otras personas. Si anteponemos la ética frente a las decisiones que tomamos, podemos evitar que una posible solución afecte a otro tipo de problemáticas y grupos.

2. La educación no promueve el talento y la inclusión

No podemos hablar de un verdadero cambio social si en el mundo existen millones de personas sin acceso a la educación. El panorama empeora cuando conocemos que el problema no es solo el poco acceso a la educación, el cual según cifras de UNESCO, para el 2014 llegaba a 58 millones de niños (sin contar jóvenes y adultos), sino también la poca calidad en muchos sistemas. Este último problema es incluso desde muchos puntos de vista aún peor que la falta de acceso ya que se pierden recursos económicos y tiempo en esfuerzos vanos que no logran la superación intelectual y acceso de oportunidades del individuo en su futuro actual y a largo plazo.

Uno de los limitantes menos inclusivos es la falta de acceso al conocimiento. Es cierto, como organizaciones muchas veces no podemos cambiar la educación de nuestro país y mucho menos del mundo, pero sí podemos generar información transparente que le permita a nuestros diferentes públicos (beneficiarios, voluntarios, donantes, etc) acceder a información real sobre lo que realiza la organización y sobre el tema que esta representa.

3. La economía colaborativa no genera desarrollo

Una transformación social evoca un cambio en los sistemas que por cientos de años han generado problemas económicos, sociales e incluso ambientales. De hecho una evidencia clara de esta necesidad es que ya hemos sobre utilizado por varios años consecutivos los recursos naturales del planeta, además de la inequidad que existe en el acceso a muchos productos y servicios de uso básico y/o que mejoran la calidad de vida. La economía colaborativa permite que, por ejemplo, personas que no pueden comprar un automóvil puedan compartir un vehículo y utilizarlo solo cuando lo necesitan. Ganando ellos al acceder al servicio que necesitan y disminuyendo las emisiones de carbono.

Hasta aquí todo va bien, sin embargo, la economía colaborativa tiene el gran reto de regularse, de otro modo problemas como el de Airbnb en Barcelona, BlaBlaCar y la huelga de Confebus en España pueden causar problemas sociales y económicos a gran escala. Los mismo problemas que tratamos de dar solución gracias a esta economía.

4. No se generan movimientos sociales cara a cara 

Aunque la tecnología ha tomado un gran protagonismo en nuestros días, no es la única clave para generar cambios sociales positivos. Todavía se necesitan de movimientos a pie de calle, iniciativas cara a cara en donde las personas puedan intercambiar ideas y donde se puedan implementar proyectos. No podemos negar el impacto masivo de la tecnología, gracias a ella podemos llegar a muchas más personas en cortos periodos de tiempo, sin embargo, hoy por hoy, las interacciones en persona no pueden reemplazarse totalmente con la tecnología.

5. No se logra acceso equitativo a fondos sociales para emprendimientos

La buenas ideas necesitan financiamiento, sin él no se pueden poner en marcha proyectos sociales que le hagan frente a los desafíos de hoy. El talento está allí pero muchas veces no es financiado para llevarse a la realidad. Según un estudio realizado por Aceleradora Mentor Day, el 66% de emprendedores sociales señalan la falta de financiación como principal freno.

La necesidad de formar parte de una estructura más grande y comprometida con el impacto social es un gran desafío, pero es la vía que puede llevarnos a lograr resultados más profundos y rápidos.

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Categorías: ORGANIZACIONES, Reflexiones para Avanzar Palabras clave: Acceso a la educación, calidad educativa, cambio social, economía colaborativa, educación, ética, financiación, moral, movimiento social

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