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¿Cuánto tiempo dedicas a pensar?

09/01/2017 por Adriana Cárdenas Dejar un comentario

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¿En qué piensas?

Usualmente nos tomamos entre 6 a 8 horas para dormir, más 8 de trabajo diario, ya con eso son 16, nos restan 8 (de las 24 horas que tenemos cada día). De esas 8 restantes, utilizamos 2 a 3 horas para comer, más 1 a 2 horas desplazándonos de un lugar a otro y otras 2 más hablando y compartiendo con otras personas. Si hacemos cuenta posiblemente ya hayamos completado las 24 horas diarias y eso sin contabilizar muchas otras cosas que seguramente hacemos a diario, como el tiempo que dedicamos de ocio, a revisar nuestras redes sociales o arreglarnos antes de salir de casa.

La verdad es que pensar no hace parte de nuestra lista diaria, por lo menos no como una actividad transcendental. Sin embargo, hacemos muchas cosas de manera casi automática, y sin las que podemos prescindir, pues las consideramos parte esencial de nuestra vida.

Pensar debería ser parte de la lista. Este ejercicio realizado de manera consciente y determinada nos permite analizar, tener una mejor comprensión del mundo que nos rodea y así poder responder de manera más inteligente ante los retos que enfrentamos. Tanto en nuestra vida personal como profesional.

¿Sabías que Google propicia el que formalmente un 20% del tiempo de sus empleados para que se dediquen a pensar? Increíble, pero cierto. Me apreció super interesante conocer esta noticia cuando la recibí en mi correo. Tanto que me pongo a pensar por un momento, ¿cuánto tiempo realmente le brindamos a nuestro equipo de trabajo para que piensen? incluso en los ámbitos más sencillos de nuestra vida, a nuestros hijos, pareja, amigos… Y por supuesto, ¡a nosotros mismos!

Esta es una reflexión que debemos tener cada uno de nosotros con nosotros mismos.

Algunas ventajas en dedicar parte de tu tiempo a pensar son:

  • Pensar es clave para promover un cultura de resolución de problemas.
  • Destinar tiempo para analizarte a ti mismo e identificar tus fortalezas, metas y retos es clave para tu desarrollo personal y profesional.
  • Pensar estimula tu pensamiento creativo.
  • La gente que piensa, analiza de manera más efectiva.
  • Te ayuda a planificar de manera inteligente, anticipándote ante posibles problemas.
  • Te hace más consciente de la realidad que vives, de tus sentimientos y emociones.

Ahora, si es tan beneficioso, ¿por qué lo utilizamos tan poco?… Algunos consejos para empezar:

  1. Genera una cultura de pensamiento: no se debe pensar cuando se ‘necesita’, aunque si bien, en todo momento ‘pensamos’, la clave es generar una cultura en donde pensar se haga de manera consciente y haga parte esencial de nuestro día a día. Puedes empezar destinando 5 a 10 minutos diarios para analizar tu día, qué ganaste, qué experiencias viviste, qué logros obtuviste (así sean pequeños), qué aprendiste de nuevo, qué te gustaría cambiar para el próximo día. Este tipo de análisis te ayuda a entender y ser más consciente de tus acciones. El mismo ejercicio puede plantearse en tu grupo de trabajo, lo ideal es que cada miembro del equipo se tome el tiempo para hacerlo y luego puedan compartirlo.
  2. Analiza tu progreso: cada semana analiza los aspectos positivos y negativos que encontraste al dedicar parte de tu tiempo diario a pensar. Si has notado un avance pero aún sientes que necesitas mejorar, haz una lista de posibles acciones que puedes tomar para mejorar.
  3. Involucra el pensamiento en todos los ámbitos de tu vida: pensar es un ejercicio que involucra todas las áreas de tu vida, puede que ciertos aspectos personales afecten tu desempeño laboral o todo lo contrario, aunque no sea lo deseable. Por ello analizar qué factores no podrían estar funcionando en tu día a día te ayudará a comprender que el pensamiento no es sesgado y dividirlo puede estancar todo su potencial. Cuando dediques tiempo para pensar, ten en cuenta que eres un ser humano, con sentimientos, emociones, creencias, actitudes y expectativas.

¿Cuánto tiempo le dedicas a pensar?

—

Este es un contenido Copyleft (ↄ). Puedes reproducir este y cualquier otro contenido de nuestro blog y compartirlo en diferentes soportes (online, papel, etc.) siempre y cuando cites la fuente, con el enlace a la página principal del propio blog de Idealistas.

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Categorías: Desarrollo Personal Palabras clave: analizar, organización, pensamiento, pensar, planificación, resolución de conflictos

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5 claves para desarrollar un estilo de pensamiento que te ayude a pasar a la acción

27/04/2016 por Adriana Cárdenas Dejar un comentario

“El pensamiento es la semilla de la acción” – Emerson

Hace poco nos topamos con una interesante publicación en la que el Psicólogo español, Tomas Navarro, autor del libro Fortaleza Emocional, expone por qué preocuparnos no solo está mal sino es una manera errónea de pensar, tan contagiosa que más de uno caemos en ella. Entonces, ¿qué significa pensar correctamente y cómo hacerlo puede ayudarnos a pasar a la acción?

Empecemos definiendo qué significa pensar y qué tipos de pensamientos existen:

Pensar es la capacidad de tomar decisiones y anticiparnos al futuro a partir de un análisis sobrio de la situación. Navarro explica 5 tipos de pensamiento:

⇒ Reactivo: respondemos sin pensar ante las situaciones que se nos presentan, provocando en la mayoría de los casos altercados y dificultad para remediar una acción que se ha realizado sin pensar.

⇒ Cíclico: se piensa mucho pero el pensamiento generado no es productivo. Se centra en las preocupaciones, lo que impide canalizar toda esa energía de manera positiva. Mientras se preocupan como dice Navarro, no se ocupan. En otras palabras, no se pasa a la acción. Podemos relacionar este pensamiento con frases como “qué pasa si hago aquello… no, mejor no lo hago, qué pasa si lo hago y entonces…”

⇒ Parcial: realiza análisis incompletos, se salta a conclusiones basándose en detalles superficiales. Bajo este marco, se llega incluso a subvalorar sus propias capacidades, lo que lleva a su vez a la inseguridad en la puesta en acción de sus objetivos.

⇒ Precipitado: a diferencia del pensamiento parcial, la persona que ‘piensa’ precipitadamente sobrevalora sus propias capacidades, piensa que puede sacar conclusiones a penas analizando por encima la situación. Con frecuencia justifica errores, atribuyendo la culpa a otras personas, perdiendo así oportunidades de crecimiento.

⇒ Analítico: este es el pensamiento ideal pues analiza adecuadamente cualquier situación, aprende de la experiencia a través de la reflexión y aceptando su responsabilidad en cada situación. Se toma su tiempo para analizar cada pieza de una manera lógica y organizada, siempre buscando encontrar una respuesta.

Claves para pensar adecuadamente 

  1. No creer que tenemos la verdad absoluta – es importante prestar atención a las señales de nuestro entorno, ya que este puede darnos las claves que necesitamos. 
  2. Piensa diferente – comienza pensando flexiblemente, ten en cuenta nuevas opciones, nuevas alternativas de hacer las cosas. 
  3. Busca relaciones causales y consecuentes – cuando analizas que podría ocurrir a partir de lo que haces, ya tienes mucho ganado, te conviertes en una persona empática que tiene en cuenta las implicaciones de sus actos en la vida de otros, y a su vez está pendiente de las causas que originaron ciertos resultados (por qué ha ocurrido lo que ha ocurrido). 
  4. Busca alternativas – sal de tu zona de confort, no siempre hacer lo fácil o sencillo es lo mejor. La alternativa complicada o que a largo plazo no queremos valorar, puede ser la respuesta al problema o proyecto que tanto buscas realizar. 
  5. Analiza constantemente – hazlo parte de tu vida, de tu día a día, empieza por ser más cauteloso con lo que pasa a tu alrededor, analiza lo que haces, pregúntate por qué lo haces y cuales son los resultados que obtienes cuando tomas ciertas decisiones. 

Pensar puede ser una tarea muy agotadora, o todo lo contrario. Todo depende de la manera en que decidas redigirir tus pensamientos y las acciones que surjan de ellos.

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Categorías: Claves para..., EMPRENDIMIENTO SOCIAL Palabras clave: acción, barreras mentales, pensamiento, tipos de pensamiento, Tomas Navarro

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¿Quieres solucionar un problema? Usa esta ecuación

15/04/2016 por Adriana Cárdenas Dejar un comentario

resolverproblemas
Y tú, ¿dónde pones el foco?

La Madre Teresa de Calcuta decía “no me llaméis para ir a manifestaciones en contra de la guerra porque no iré. Llamadme cuando hagáis manifestaciones a favor de la PAZ.” Lo que esconde esa frase va mucho más allá que el ir a favor de la armonía y la tranquilidad. La madre Teresa nos estaba dando una de las claves más importantes para alcanzar un mundo mejor: centrarnos en la solución y no en el problema.

Si quieres erradicar la pobreza, céntrate en la igualdad, si quieres luchar en contra de la discriminación, céntrate en la empatía, si quieres comunidades auto constructivas e incluyentes, céntrate en la educación. Este es el llamado del modo de resolver problemas que se centra en la solución y no en el problema:

 [SOLUCIÓN – problema = cambio]

Aquello en lo que pensamos (repetidamente) es en lo que tu cerebro se concentra. Quizás te ha pasado que cuando piensas recurrentemente en algo, de repente lo ves en todos lados, cuando caminas por la calle o hablas con otras personas. Es tu cerebro enfocándose en tú pensamiento. Entonces, tiene sentido pensar que si nos centramos más en la solución en lugar del problema, podamos lograr el cambio que queremos.

El problema es que ponemos demasiado energía en aquello que no funciona, y esto es uno de los obstáulos más grandes a la hora de encontrar soluciones. Nos centramos en quejarnos y no en las acciones que podemos tomar, “este país es un desastre, este sistema no funciona”, “ya no se puede confiar en nadie”, “no hay respeto”… 

Centrarnos en la solución puede ser desafiante, en especial en el mundo en que vivimos. Si lo pensamos, existen muchas más organizaciones, programas y movimientos ‘en contra de‘ en lugar de ‘a favor de‘, en las noticias aquello que sobresale son los problemas; rara vez vemos noticias positivas o anuncios que nos permitan pensar que el mundo esta cambiando para bien.

Todo no está perdido… 

Aunque lentamente, este enfoque cobra muchos más adeptos, en medicina, por ejemplo. Stephen Friend, doctor, innovador y científico norteamericano, plantea la necesidad de estudiar a las personas sanas <solución> para llegar a entender por qué nos enfermamos <problema>, en lugar de focalizarnos en estudiar solamente las enfermedades y la manera en que se desarrollan. En el ámbito organizacional, vemos la Indagación Apreciativa; un proceso de desarrollo organizacional que en lugar de indagar en los problemas y dificultades de una organización, se centra en analizar sus fortalezas; aquello que están haciendo bien para seguir desarrollando capacidades y lograr el éxito. Un interesante enfoque que nos invita a focalizar nuestros esfuerzos en otra dirección.

Quizás este planteamiento tiene mucha más relación con la famosa frase de uno de los hombres más inteligentes de todos los tiempos, Albert Einstein “si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. No podemos pretender acabar con la guerra, la hambruna o la pobreza si seguimos haciendo las cosas como hasta ahora. Tal vez estamos poniendo nuestra energía en el lugar equivocado.

¿Crees que darle la vuelta y empezar por pensar en soluciones podría ser la clave para lograr el cambio?

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