Consigue el Trabajo de tus Sueños
Carreras que te ayudan a pasar de la intención a la acción
Voluntarios armando rompecabezas del mundo

¿Qué podemos hacer las ONG para ayudarnos más entre nosotras? La respuesta la podemos encontrar en la economía colaborativa, un sistema que está de ‘moda’. Y aunque muchas modas son pasajeras, esperamos que esta dure, y para rato. No es un secreto que compartir no solo nos hace aprovechar aún más los recursos que tenemos, sino que nos hace más proclives a ser recursivos y solidarios.

El Consumo Colaborativo o Economía Colaborativa empieza a gestarse con la frase “Lo que es mío es tuyo” tratando de facilitar el acceso que las personas tienen a bienes y servicios. En una definición más precisa encontrada en Wikipedia, “es un sistema económico en el que se comparten y se intercambian bienes y servicios a través de plataformas digitales“. Suena fantástico, ¿verdad? Muy pocos seguramente podríamos imaginarnos unos cuantos años atrás poder acceder a productos y servicios sin tener que pagar dinero por ellos. Hoy es una realidad.

El cambio de mentalidad y de comportamiento gracias al internet es indiscutible, nos ha permitido generar interacciones con otras personas sin importar el lugar en donde nos encontremos, lo que según Pablo Majluf, periodista y coordinador de información digital del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) puede significar que “en unos años quizá lo único que necesitemos para ganarnos la vida sea una humilde conexión a Internet”. Conexión que por ahora, nos permite enterarnos de los recursos disponibles y compartir aquellos que tenemos, en conclusión nos permite crear un sistema en donde los recursos de unos son los recursos de todos. 

Pero esta forma de consumo puede ir más allá de usos personales específicos (uso compartido de autos, casas, intercambio en cuidado de mascotas, etc), su modelo puede ser introducido en el día a día de nuestras organizaciones. Aquí te compartimos algunas ideas:

  1. Comparte herramientas – en ocasiones las ONG buscan los recursos en la empresa privada, pero sus pares también pueden ayudar a encontrar aquello que más necesiten. Puedes acercarte a diferentes ONG en tu barrio, localidad o ciudad y crear un sistema que les permita compartir recursos, por ejemplo: uso de computadoras por días específicos o por necesidades particulares, materiales, espacios comunes, etc.
  2. Solidaridad en común – podemos ser solidarios con nuestros pares en pequeñas dosis y no siempre el aporte tiene que ser monetario, podemos ayudar con la difusión de eventos, o incluso pensar en cómo podemos organizar programas conjuntos. Pasar la voz no te cuesta nada, y puedes ayudar a otros que como tú, están contribuyendo a que este mundo sea un mejor lugar para todos.
  3. Intercambio de conocimiento – tus colaboradores pueden también ayudar a otras ONG en temas específicos, y luego ellos a ti. Estamos seguros que todos siempre tenemos algo que ofrecer y algo que estamos necesitando. Si tu ONG puede pagar por un comunicador social, quizás la ONG del lado no. Permitir que tu colaborador les ayude en temas específicos y luego ellos te ayuden a ti en otras áreas, genera sinergia y avance. Juntos somos más fuertes.
  4. Voluntarios por causa y no por organización – parecido al punto anterior, puedes compartir la solidaridad de tus voluntarios con otras organizaciones sociales. Por ejemplo, si tu voluntario tiene disponibilidad de ayudarte 10 horas semanales pero por alguna razón en algún momento específico no lo vas a necesitar todas esas horas, quizás otra ONG pueda necesitar su ayuda. Lo mismo en tu caso, quizás solo necesites que alguien te colabore 1 o 2 horas para una tarea puntual, la economía colaborativa puede darte la ayuda que necesitas.
  5. Intercambio de ideas – imagina que una organización esté trabajando en una campaña y tu ONG tenga experiencia desarrollando campañas. ¿No sería increíble poder contar con ayuda de expertos, en tu mismo sector, y de forma colaborativa?. A la vez, ellos pueden ofrecerte ayuda con nuevas ideas para algo específico, por ejemplo, nuevas maneras de generar contenido, llegar a nuevos donantes, etc. Siempre es bueno contar con la visión de alguien de fuera de la organización.

Ayudar colaborativamente puede ser una excusa perfecta para impulsar la solidaridad, y por qué no, crear conexiones entre ONGs que trabajen temas similares. Con frecuencia olvidamos que a veces el problema no es la falta de recursos, sino saber en dónde se encuentran. Si sabemos dónde están y existe la intención de compartirlos, tendremos ahora muchas más razones para pasar a la acción.

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Adriana Cárdenas

Desde mi trabajo como voluntaria ayudo a personas que no tienen acceso al sistema de salud en Nueva York traduciendo de inglés a español y vice versa eventos de salud gratuitos y gestionando actividades de divulgación. A su vez, coordino los medios sociales de la organización a la que sirvo.