Hace poco encontré un artículo muy interesante sobre cómo la tristeza era necesaria y en lugar de huirle como una embestida peligrosa, debíamos apoderarnos de ella y vivirla en su expresión más positiva. Este artículo de Helen Williams, con su interesante puesto como Directora de la Comunidad del Amor en Holstee, no pudo llamarme más la atención, ¿cómo alguien con un cargo tan particular puede decirme que la tristeza esta bien y que tenemos suerte si tropezamos con ella?
¿A quién le gusta sentirse triste?, probablemente a nadie. Sin embargo, por muy difícil que parezca creer, la tristeza es un motor positivo importante en nuestra vida. ¿Por qué?…
La verdad es que todo lo que contó en su historia es tan fascinante como la idea misma. Helen tiene razón, como seguro la tenemos muchos de nosotros, aunque por naturaleza y lógica propia nos gusta sentirnos bien y aunque muchas veces la tristeza puede llevarnos por caminos recónditos y muy duros, puede ser también el vehículo que nos ayude a aprender, definirnos como personas y entender en realidad la forma que queremos darle a nuestra vida.
¿Por qué nunca lo pensamos de ese modo?
Tendemos a culparnos y culpar al mundo cuando algo que ocurre nos hace sentir desesperanzados, tristes y cansados, pero al final como Helen no lo cuenta “creer que la tristeza tiene algo para ti, es tomar las riendas de tu propia vida; significa ser el dueño de las dos caras de la moneda sin dejar que ellas decidan tu vida”.
Caer es parte de la vida y salir adelante también, al final las cosas cobran el sentido que les damos. Si pensamos que la tristeza es un obstáculo en nuestra vida, ciertamente lo será (claro esto hablando de la tristeza normal y no de enfermedades crónicas como la depresión). En definitiva, podemos sacar adelante nuestros proyectos e ideas, mejorarlos, darles una vuelta de tuerca y ¿por qué no?, hacer de la tristeza parte normal de nuestra vida. Nada ni siquiera ella puede pararte a continuar.
Aristóteles, fue el primer filósofo en mencionar que todos “los hombres que han logrado la excelencia en filosofía, poesía, arte o política, aun Platón y Sócrates, han tenido un temperamento melancólico; algunos hasta sufrieron de melancolía patológica”. No hay que pensar en ningún momento que debemos estar tristes para ser exitosos, por el contrario, significa ser lo verdaderamente conscientes de ello para sacar lo mejor de esos momentos, encontrarnos a nosotros mismos y entender quién en realidad somos y a dónde queremos ir.
¿Qué estás dispuesto hacer por ti?, ya sea que tengas una idea o proyecto o incluso en tu vida personal, tomemos la tristeza como una herramienta más en nuestra vida para reecontrarnos, entendernos mejor y seguir adelante.
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La mayor parte de mi vida transcurrio alrededor mio con pobreza,enfermedades,el gran esfuerzo,el resultado chiquito, necesidad de reconocimiento,de afecto,de palabras dulces,de sentirme incluida,de palabras de aliento,escuchar hablar de mis virtudes.Mi camino fue surgiendo sin base,sin fundamento,solo porque respiraba, y tomaba a prueba herror haber cual salia bien,reinventaba una vida sin saber cual queria seguir.Los golpes fueron duros,hoy estoy muy abajo sigo cayendo me quiero sujetar de algo para quedar suspendida hasta ver si logro relajarme que pare tanto dolor obtenido en este extraño viaje que no recuerdo cuando comenzo y tampoco se hasta donde llegara.
No hay nada que te haga sentir mas segura que confiar y depositar TODOS tus miedos y tristezas en Jesus. De Corazon. Funciona. 😉
Haide, nunca me sentido mas identificada que con tus palabras y realmente es un sentimiento que no da justo sentirlo.